De la nueva era...


Volví a subir esa entrada y es porque ayer tras conversar con G llegué a una conclusión. Como dije, en esta era Marx no escribiría nada por ser adicto a la paja y a los videojuegos o debatir en foros alguna cosa así, porque en esta era las distracciones son demasiadas que ya toca el anti-intelectualismo. Asimismo, no hay incentivos para innovar y quienes se atreven reciben el silencio, nulos fondos y/o una exposición gratis en alguna página tal como circo romano para que la plebe se ría del "esquizo". Su único rival sería otro gordo adicto a la paja llamado TRAD_CATOLICO_88 y entre ambos nunca llegarían a nada, fomentando aún más la desesperanza ante el mundo.

Y es que se tiene que estar preparado para comprender que no van a surgir genios del grado INVENTOR en al menos una década y quizás más. No habrá otra Marie Curie u otro Da Vinci porque no hay finanzas para ese tipo de cosas y las distracciones son infinitas. Si hoy existieran ambos, serían adictos como mínimo a las pantallas. Los únicos genios cuyo intelecto no ha sido desaprovechado son los que pueden aportar para la guerra y/o destrucción. Los demás se pueden ir a la mierda, incluso si descubren la cura al cáncer, porque una cura de una vez no es útil al capitalismo imperante.

Entonces, el próximo invento revolucionario probablemente surja dentro de los próximos años. No será una pantalla retráctil ni algo del estilo cyberpunk, transhumanista o todos esos cuentos que ahora la gente se cree. Es algo mucho más sencillo y que cambiará la historia, espero que si. Será la cura a las adicciones, quienes junto al dinero y a la religión, son actualmente el enemigo de la humanidad. Si algo no distingue clase, sexo o etnia, son precisamente las drogas, especialmente los estimulantes y/o opiáceos. Los millonarios, celebridades e hijos de presidentes en un estado tal de adicción que ya no tienen vuelta atrás, más que mirar hasta el fin de su decadencia.

Hasta el día de hoy, se ha encontrado la cura de la obesidad, pero ha sido imposible encontrar la fórmula para terminar esta adicción. Ni teniendo a los adictos controlados en granjas callejeras los gobiernos han dado con la cura, por lo que estamos hablando de un tema muy complejo y que sí o sí su cura será revolucionaria, de lo contrario, tendrás mucha fuerza de trabajo convertida en zombies u otros tipos de adornos de la ciudad.

Después, la adicción al porno y a las otras estupideces masculinas. Una tracalá de weones cada vez más degenerados con un megáfono en el hocico y en el teclado como si esto fuera motivo de orgullo, y como típico de la competencia intrasexual masculina, no van a estar contentos hasta que todo su sexo sea igual de adicto y miserable, cuckéandose solos a través de la pantalla. Esto solo empeora su comportamiento y hace que cada vez sean más atrevidos de exigir, abusar y groomear todo lo que se mueva.

Además, los hace extremadamente flojos y a las potencias no les sirve, porque en cualquier momento les da por usarlos de carne de cañón e inventar una guerra. ¿Cómo vas a ir a una guerra con puros especímenes que tienen una muñeca notablemente más grande que la otra? ¿Que necesitan su momento a solas de pantalla y voyerismo si no se ponen rabiosos? Se van a terminar matando entre ellos por la rabia de no poder pajearse con barely legal y mierdas así. El aumento exponencial a nivel mundial de casos de abuso/acoso sexual entre niños y adolescentes es todo lo que se necesita saber sobre las consecuencias de esa mierda.

Por otra parte, la adicción a las pantallas, presente en todos los países con acceso a luz e internet. Como ese experimento con la tribu del amazonas, o con los soldados norcoreanos, que tras acceder a las pantallas se hicieron más flojos, agresivos y degenerados. Hace una década atrás la adicción a la pantalla quedaba reservada para individuos como uno, retraídos, solitarios y que se aíslan voluntariamente de la (((sociedad))). Hoy en día todos pueden serlo. Ahora bien, más allá de las pérdidas en producción y creatividad, esto representa un punto muy débil para la armonía de las sociedades. Solo basta que un avatar de algún ente demoníaco decida desenchufar la electricidad global, apagar el internet, o subir enormemente las tarifas de estas. La gente se desesperaría como si fuera época de hambruna o guerra civil y ni yo me imagino lo que pasaría.

Desde una perspectiva de población mundial, si esto sigue así será una gran amenaza para el capitalismo imperante. Porque las mujeres van a preferir seguir recibiendo dopamina de la pantalla y de la atención (o dinero) infinita de simps, antes que casarse y tener hijos. Lógico, casarse y tener hijos es siempre pérdida para nosotras. Pero no es solo eso, sino que cada vez más se reducen los tiempos dedicados a la crianza por la necesidad de trabajar y el uso del tiempo libre en la pantalla.

O sea, viendo la situación actual, los niños sí actúan cada vez más ferales porque los padres no están dedicando suficiente tiempo y prefieren que la pantalla los críe. Es una pesadilla ser profesor en esta era y lógico también que nadie quiera serlo. ¿Resultado? Los pocos niños que van saliendo son cada vez más tontos e ineficientes, que probablemente no sean aptos para trabajos más allá de mover cosas. Nadie va a trabajar y el mundo será como un Argentina simulator, todos viviendo del estado.

Finalmente, se me complicó un poco el cierre, pero el químico y/o biólogo que logre resetear las conexiones de dopamina y serotonina a una época previa a las pantallas pequeñas con internet o a las drogas duras será quien salve a este planeta de próximas tragedias peores, causando una especie de Renacimiento contemporáneo. Solo espero que ese Mesías llegue luego, sino el padre industrialismo terminará con todos nosotros.



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Pienso que esta era de hiperconsumo ha traído más desgracias de las que la humanidad se puede imaginar, como si fuera inherentemente anti intelectualismo. El hiperconsumo crea una ilusión de estabilidad y plenitud, reduciendo enormemente las capacidades humanas de analizar el entorno. A nivel físico, la abundancia de pantallas y cámaras duerme los sentidos y crea nuevos e irrelevantes objetivos, en la búsqueda de desenchufarse un rato de la realidad. A nivel mental, uno va volviéndose lentamente dependiente de la tecnología y con su respectiva abundancia, deja de pensar en las necesidades o en los problemas, porque están temporalmente resueltos.

De otra forma, la locura de este mundo no tendría explicación...¿Se imaginan si Marx hubiera nacido en los 2000? Hoy en día sería adicto al porno y a alguna que otra estupidez masculina más, y no hubiera escrito nada. No es exactamente una cosa de comodidad, él pudo pensar y configurar toda su obra desde la comodidad, como muchos de los (((intelectuales))) hasta antes de los 2000. Es más una cosa de distracciones, constantes distracciones formuladas para esta era del hiperconsumo.

Porque siendo realistas, la mayoría de genios e intelectuales presentan algún grado de neurodivergencia, fijados con algún tema poco práctico para la realidad de las necesidades. Por medio de la pasión fueron capaces de llevar a cabo experimentos y obras que definirían el destino de las sociedades. En ese entonces la gente normie repetía lo mismo de siempre, al psiquiátrico (manicomio), tómate las pastillas, exponían a los "esquizos" en sus revistas/diarios pseudointelectuales, etc. etc. Pero el temple de ellos fue más grande y lograron pasar a la historia, favorecidos por un mundo donde no existía una pseudo-realidad manejada siniestramente por (((algoritmos))) y repleta de datos basura. Es decir, las distracciones eran la realidad y que más aburrido que la realidad sin una pantalla para distraerte, sea televisor o internet.

Entonces, ¿de qué sirve crear teoría u objetos en un mundo donde no se favorece? Si la teoría no sirve para crear más sirvientes consumistas y si los objetos no vienen incorporado con trampas desechables o de suscripción mensual, entonces no vende. Si no vende, no sirve. Existe nula motivación al uso de la creatividad porque no hay incentivos, el mundo ya está tomado por quienes sea que sean y quienes les sirven están muy distraídos por la aún vigente realidad de las necesidades. Los posibles genios se decepcionan al primer burn out porque ya nada sirve de nada. Siguiendo con la idea, incluso si el Marx de los 2000 hubiera escrito teoría, esta no hubiera pasado de Twitter o de algún que otro foro político rancio y probablemente perdería la motivación al ver que estan las hienas de los circlejerks mofándose en vez de argumentar alguna cosa, porque no pueden leer más de tres líneas. Y el único rival capaz de rebatirle algo sería algún weón con un usuario tipo CATÓLICO_TRAD1488. Así cualquiera se delega al consumo y deja que los payasos que hacen de avatar a algún ente demoníaco destruyan el mundo.

Es serio el asunto, porque ha estancado severamente los avances en los últimos años. Incluso en lo que fue la última punta de lanza, la tecnología y la programación, se han vuelto otra estafa piramidal entre sus instigadores. Esa fue la última área ocupada por los pocos genios motivados que quedaban, hasta que decidieron monetizarla y hacerla obtusa. Y que los códigos sean en función de promover más algoritmos y suscripciones mensuales. Finalmente llegó el verdugo de las IA y es cosa de tiempo hasta que puedan aprender a codificar/simplificar las partes más extensas y lateras de un proyecto. Hasta entonces, no se sabe si es que habrá otra cima o realmente se entró en la era del fin al intelectualismo.



Amitié, Choix, Raison, Amour, Adoration, Conviction, Soi. Révolution
vela